En las residencias de puerto Guayacán encontramos pulgas que lloran en piezas descuartizadas, adornadas con reproducciones de la Mona Lisa. Las ventanas de madera albergan colonias de polillas que no perdonan el pellejo de los perros del Cuzco. No perdonan ni a los libros.
Los hoyos de las páginas asfixian la palabra.
La carne de perro es un paréntesis sobre el océano,
donde se esconde el llanto de Perro Niño Perro.
Perra Romana
prefiere comer osobuco,
tejer chalecos,
coser atunes.
Las bibliotecas se revientan. Libros amontonados. Perro Niño Perro quiere quemarlos. Quiere vandalismo.
“LA POESÍA ES ACCIÓN”
Cabra Española
Cabra Española
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